Esta historia no es original. Si tuviera que encontrarle un símil, ese seguramente sería Cyrano de Bergerac. Es tan trágica y romántica que no tendrá final feliz, no puede tener final feliz. Lo uso a él para escribir lo que siento, a fin de cuentas, también forma parte de lo que soy, de mi corazón. Es un trocito de mi alma. Y todo lo que me haces sentir lo expreso a través de ella, quien se parece sólo un poco más a mí. No sé si pueda quedarme a ver cómo llega tu príncipe azul a rescatarte, ya me duele sólo de pensarlo. Al principio lo único que quería era verte sonreír y que fueras feliz; ahora, a pesar de que sigo queriendo lo mismo para ti, se me humedecen los ojos al imaginar que no formaré parte importante de esa alegría. Mientras tú me quieras a tu lado, en la forma que sea, yo estaré ahí pues no puedo decirte que no. Aunque los días lluviosos me gustan mucho, últimamente me embriaga una tristeza que no había sentido antes. Quiero disolverme con las gotas de lluvia y desaparecer....